PUEBLO IBERO
El santuario ibérico de Castellar, uno de los más importantes de España, se encuentra situado en lo que se conoce como "los Altos del Sotillo", a una distancia de 1,5 o 2 kilómetros del núcleo de la localidad, en la carretera Linares-Orcera. Dentro de este santuario, cabe destacar el núcleo central constituido por la conocida "cueva de la lobera" así como una serie de cuevas más anexas hasta un total de cinco y que podrían tratarse de viviendas que actualmente se encuentran en un lamentable estado de deterioro provocado por el paso del tiempo y por el abandono ciudadano e institucional. Este santuario de la Lobera se puede encuadrar cronológicamente en torno al siglo V a de C. aunque también se han encontrado niveles de ocupación de gran relevancia entre el siglo IV y III a. de C. El santuario se compone a grosso modo de una especie de mesa de piedra a su entrada que se adentra unos metros más hasta el fondo del mismo estando rodeado por una terraza de piedras con una importante pendiente y desde donde se domina toda un valle con vistas a Sierra Morena y la propia Muela. Una característica común del santuario es su difícil acceso por la propia dureza del terreno así como por estar rodeado de fuentes, muchas de las cuales en la actualidad se encuentran agotadas por la falta de lluvias. Este yacimiento arqueológico, de vital importancia para Castellar comenzó a ser estudiado en al año 1914, aunque los continuos e innumerables expolios a los que se ha visto sometido a lo largo del tiempo han dificultado la labor de los expertos en las distintas etapas de prospecciones, así se pueden encontrar exvotos de bronce, procedentes de este lugar repartidos por todo el mundo, París, Londres, Nueva York...
Cabe destacar en la propia variedad de bronces aparecidos el trabajo del artesano, encontrándose figuras de un gran trabajo y elaboración con el gusto por el detalle tanto en el vestido como en los rasgos humanos y unos bronces esquemáticos donde sobre una pequeña barra de bronce se trabajaba destacando fundamentalmente lo que sería la cabeza. En la elaboración de estos bronces de más belleza plástica cabe destacar la técnica de la cera perdida donde una figura se trabajaba sobre la cera que a su vez se recubría de tierra y se calentaba hasta que la cera se derretía y su puesto era ahora ocupado por el bronce que se introducía en este molde por un pequeño orificio, normalmente en la parte baja o lo que serían los pies. Una vez acabada la pieza ésta se limaba para acabar con cualquier tipo de imperfección en la fundición y a su vez se pulían y en muchas ocasiones, dependiendo del trabajo sobre la propia figura de cera los rasgos faciales o naturales de la figura se trabajaban directamente con un punzón o buril. Dentro del significado general de los exvotos cabe decir que éstos son pequeñas esculturas sacras de bronce, caso del santuario de castellar, aunque también existen de arcilla o piedra. El tipo de representaciones suelen indicar una ofrenda, una plegaria de curación, con lo que serían las distintas partes del cuerpo humano, de fecundidad, de protección, etcétera, teniendo en cuenta que aunque en un principio el acceso a las distintas divinidades era elitista, el acceso a lo sagrado fue ampliándose poco a poco a sectores de población más amplios que celebraban las distintas prácticas rituales de intercesión con la divinidad.